Durante buena parte del siglo XX Berlín fue el centro de la Historia. La atención del mundo estuvo dirigida a ella durante décadas y su propia desintegración era fiel reflejo de la Guerra Fría que dividía el mundo en dos. El convulso pasado de la ciudad se puede sentir todavía hoy en muchos de sus rincones y dejó profundas marcas en la geografía social, arquitectónica y urbana en general de la nueva Berlín.
Berlín es la ciudad de los contrastes, un lugar donde nadie se sorprende de nada y donde hay sitio para todas las tendencias y formas de pensar. Su diversidad se ve reflejada en los propios barrios que la componen, desde los más elegantes del Oeste hasta los preferidos por la juventud del Este.
Muy bien Cristina
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